Diagnóstico: Garrulos emocionales
Vale, esto es verídico.
Una pareja se besa apasionadamente en el pasillo que une la línea amarilla del metro de Barcelona con la roja. La cantidad de reacciones que contabilicé en menos de un minuto no me cabe en ambas manos. Reacciones que, dicho sea de paso, oscilaban impunemente entre la burla y la falta de respeto.
Os estaréis preguntando qué tiene de especial que dos personas se coman la boca en público en los tiempos que corren, ¿verdad?
En efecto, habéis acertado: Eran dos tías.
Y sí, tampoco os equivocáis en esto: Estoy indignada.